"Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie", esta cita de El gatopardo del escritor italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa, podría aplicarse perfectamente a la 'reforma electoral' propuesta por nuestra clase política, sobre todo en lo que plantea respecto al financiamiento de partidos con miras a las campañas electorales.

Solo por poner un ejemplo, las sanciones a las faltas son exclusivamente económicas y no políticas. Un contrasentido, porque si un narcotraficante o un minero informal financian una campaña, ¿qué les impediría pagar una multa? Si un partido político comete una falta grave en su financiación, lo lógico es que pierda su inscripción.

Entonces, ¿de qué estamos hablando cuando nos intentan vender una 'reforma'? ¿En serio creemos que las agrupaciones políticas plantearán disposiciones que perjudiquen sus intereses?