El fujimorismo está abusando de su poder en el Congreso. Esa es la opinión de una abrumadora mayoría. Era imposible que la abierta matonería de Fuerza Popular que exhibe a diario con cada uno de sus voceros fuera bien recibida por la opinión pública, donde incluso sus aliados empiezan a pedirle que pare la mano.

Sus formas chabacanas y matonescas han generado un rechazo que, comenzamos a ver, es bastante masivo. La estrategia violentista y autoritaria de Fuerza Popular se empieza a traducir en un retroceso en sus posibilidades electorales. En vez de abrirse a nuevos sectores, el partido de Keiko Fujimori parece haber decidido que lo mejor es enroscarse a su núcleo más duro, lo que por supuesto le significará una eventual derrota en unas próximas elecciones generales.