Los partidos políticos deberán asumir las responsabilidad de sus actos en torno a la posible vacancia del presidente de la República. Tendrán que hacerlo los principales promotores de lo que ha ocurrido, como Fuerza Popular y el APRA, que prácticamente desde que inició el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski hicieron todo lo posible por vacarlo.

Pero también deberán hacerlo los demás actores políticos como Frente Amplio de Marco Arana, que se ha terminado revelando como un valiosísimo aliado del Fujimorismo en sus intenciones por descabezar la Presidencia.

Sus argumentos son bastante sorprendentes, contradictorios y falaces. ¿Se lucha contra la corrupción aliándose con el fujimorismo? ¿Se cambia la Constitución del 93 haciéndose socio del fujimorismo y permitiéndole un triunfo histórico en una de sus principales batallas? ¿Se le permite al fujimorismo decir que ellos no son golpistas porque lo que quieren es que continúe el proceso de sucesor constitucional con Martín Vizcarra y que los golpistas son más bien los del Frente Amplio que quieren que todo esto termine?

Si lo que quiere el Frente Amplio es renovar al país ¿por qué no postula a la Presidencia, la gana y plantea sus reformas desde esa posición? El cálculo es muy sencillo. El FA está apostando por unas elecciones anticipadas porque Nuevo Perú, el partido de Verónika Mendoza no tiene la inscripción todavía que le permitiría participar en unas elecciones a corto plazo. Y el cálculo de Marco Arana y el FA es que sus posibilidades son mayores si no compiten con Mendoza y si con la izquierda no tienen rivales.