El gobierno ha hecho todo lo posible para que nada empañe la visita del papa y ha tomado medidas poco afectas a la Constitución como la prohibición de manifestaciones hasta el 21 de enero.

Bajo la óptica del gobierno, Francisco es una especie de aliado del discurso de la reconciliación que se está repitiendo insistentemente. Por estos días los principales temas de debate nacional serán los casos de abusos contra los integrantes del Sodalicio y seguramente también el cambio climático.

Pero, ojo, tarde o temprano las consecuencias de la visita del Papa se extinguirán y volveremos a la dinámica que la precedió, con un Presidente débil, los principales partidos de la oposición fracturados y el caso Odebrecht dirigiéndose hacia ese pico que será la declaración de Jorge Barata.