Desde nuestra política dicen que hay que retirarse de la Corte Interamericana de Derechos Humanos porque sus sentencias son una intromisión inaceptable, pero lo que no se dice es que al someterse a tribunales internacionales, lo que hace cada país de manera voluntaria es ceder su soberanía.
Históricamente al Perú le ha ido muy mal ante la CorteIDH, pero esto no es porque seamos víctimas de una conspiración internacional, sino porque los casos en los que se ha visto eran claramente flagrantes o porque su defensa es sumamente deficiente.