Las declaraciones de Pedro Pablo Kuczynski diciendo que Nicolás Maduro ya no será bienvenido en nuestro país han sorprendido. Hace solo una semana se había pronunciado en un sentido distinto diciendo que estaba invitado a la Cumbre de las Américas y que podía venir. ¿Qué puede haber pasado en solo siete días que produjo este volteretazo en las posiciones peruanas?

En efecto, Maduro es un dictador, un violador de los derechos humanos y además ha sumido a su país en una crisis terminal. Pero la política internacional no debería depender de los bandazos de nuestra política menuda. No parece serio que un país cambie de opinión de forma tan drástica dependiendo de la dirección que tome el viento.