Conviene reflexionar en los dos escenarios que se abren a partir de este momento:

En primer lugar, ¿qué pasaría si Pedro Pablo Kuczynski es vacado? Por supuesto que tendría que dejar el cargo y sería reemplazado por su vicepresidente, Martín Vizcarra. Esto quiere decir que el Perú viviría un momento de gobernabilidad automática o desaparecería como por arte de magia la permanente situación de crisis que hemos vivido en los últimos meses? De ninguna manera. 

¿Y qué pasaría si Kuczynski no es vacado? Seguiríamos teniendo un gobierno errático, con un presidente sin liderazgo, deslegitimado por sus torpezas y permanentes mentiras.