El primer gabinete de Martín Vizcarra llama la atención por su bajo perfil, no despiertan mayores emociones. Se trata de un gabinete sin personalidades con peso político específico, sin mayor experiencia en el mundo de la política, lo que solo podría explicarse con la existencia de un pacto amplio de gobernabilidad entre el presidente de la República y Keiko Fujimori.