Nuestro Congreso se ha convertido en una verdadera cueva de impresentables. Hay parlamentarios acusados de quitarle la mitad de su sueldo a sus trabajadores, de traficar votos para evitar la vacancia de PPK y sobre otros pesan condenas firmes. 

Pero increíblemente el desborde de mugre no ha parado acá. Los casos han seguido apareciendo. Ahora sabemos que Modesto Figueroa contrató como asesor a un exfiscal que fue destituido por archivar casos en contra de la minería ilegal y que sería dueño de un grifo en Madre de Dios donde se vende combustible ilegal. Yesenia Ponce se defendió diciendo que las acusaciones en su contra es porque era pobre.