Es cierto que la liberación de Ollanta Humala y Nadine Heredia otorgada por el Tribunal Constitucional pude hacerlos ver como víctimas de un Poder Judicial abusivo que no trata a todas las personas del mismo modo y que los mantuvo nueve meses presos sin siquiera una acusación fiscal.

Pero las torpezas y errores políticos cometidos por la expareja presidencial han sido tan groseras, sus traiciones y deslealtades tan gruesas que queda poco margen para su resurrección política.