Tenemos un modelo político que no responde a las necesidades de nuestra realidad. Esa es una primera conclusión a la que podemos arribar luego de la crisis que desembocó en la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski.

Nuestro sistema político no contribuye a la formación de mayorías, dificulta una salida a las crisis graves, impide una verdadera representación popular con solo 130 parlamentarios en un país de más de 30 millones de personas y para englobar su problemática, repetimos, no garantiza la gobernabilidad.