Algo tiene que estar muy podrido en una parte de nuestra sociedad para que Laura Bozzo llegue al país, sea recibida con aires de gran estrella y haya personas que se mueran por entrevistarla. 

Bozzo debería ser un cadáver social, debería estar condenada al vertedero de la historia, en cambio alguna prensa le hace el juego, la entrevista complacientemente y es incapaz de repreguntar y exigir pruebas de lo que dice.