Comienza un nuevo día de frenesí tuitero para Alan García. Es como si se despertara pensando cómo hacer para aumentar las sospechas en su contra, desnudando cada vez más su odio contra sus investigadores, sus ganas de venganza contra Martín Vizcarra y su estado de pánico por la información que llegará desde Brasil.
Seguir la cuenta de Twitter de García es una aventura cotidiana recomendable para quienes quieren estar al día de las teorías de la conspiración, las interpretaciones más rocambolescas del derecho penal y de lo que opinan los columnistas más conservadores y desubicados del amplio abanico de nuestra opinión pública.