Si antes se erigió como el símbolo nacional del machismo y la chabacanería, ahora Edwin Donayre ha pasado a ser el gran símbolo de la impunidad en el Perú. Ha sido condenado 5 años y 6 meses de prisión por robarle gasolina al Ejército cuando fue su comandante general para vendérsela a grifos particulares.
La sentencia se emitió hace más de 150 días, pero a Donayre hasta ahora no le pasa nada porque lo protege su inmunidad parlamentaria.