Recién comienzan las confesiones del acuerdo entre la justicia peruana y Odebrecht y ya cayó la primera bomba.

Evidentemente Alan Garía le teme a los avances en este caso. Recordemos que fue la publicación de las confesiones de José Américo Spinola la que apresuró al siempre pechador García a irse a esconder a las faldas del embajador de Uruguay.