Ha respondido bien el ministro de la Producción a la propuesta de Agricultura chileno de que luego de años de disputas, ambos países compartan la denominación de origen del Pisco.

Más allá de los motivos de orgullo nacional, la respuesta es la adecuada, porque detrás de una propuesta en apariencia amable, Chile esconde una hábil estrategia que podría barrer con el pisco peruano.