Es difícil entender lo que pretendía el presidente Vizcarra al comparecer el jueves ante la Nación. Ofreció un discurso desarticulado, sin un mensaje claro, en el que se dedicó a divagar por todos los temas de la coyuntura nacional, tocando todos de manera superficial y poco convincente.

Desde la detención preliminar de PPK, la salida de César Hinostroza de la prisión en España, la disminución de  la pobreza, el frenazo de la reforma judicial y la necesidad de sacar adelante la reforma política.