Ayer la excongresista fujimorista, Rosa Bartra, protagonizó una faena que habrá que agradecerle. Pues nos recuerda a la clase de servicios que prestó a la nación cuando era una de las eminencias grises de la mayoría parlamentaria que abusó del poder para imponer su mediocridad, su falta de las mínimas convicciones democráticas y su defensa de las peores formas de corrupción nacional.